LA MESA - GRANDAS DE SALIME

EL VALLE CUBIERTO POR LA ESPESA NIEBLA

NACHO

BAJADA A LA PRESA POR EL INTERIOR DE UN BOSQUE BRUMOSO

IDEM

LO MISMO

POR LA NOTA QUE HA DEJADO ESTA CHICA, PARECE QUE HA DISFRUTADO DEL PAISAJE

JUAN (EL SANTANDERINO)

MIRADOR SOBRE LA PRESA

EL SALTO

INFRAESTRUCTURAS ABANDONADAS

VISTA SOBRE EL PANTANO DESDE EL BAR-HOTEL QUE ESTÁ CERRADO

YA ESTAMOS EN LA PISCINA DE AGUA HELADA

COMIENDO EN "A RAIGADA"

AYUNTAMIENTO. LA PUERTA DE LA DERECHA ES EL ALBERGUE

IGLESIA DEL SALVADOR

MUSEO ETNOGRÁFICO

COCINA RURAL

SALON DORMITORIO DE LA VIVIENDA

EL BAR

DETALLE

LA HERRERÍA

LA TIENDA

LA ESCUELA

LA PELUQUERÍA


30 de agosto, domingo: (La Mesa - Grandas de Salime)


Hoy tenemos una etapa corta pero dura y por suerte también caminaremos sin mochila. La iniciamos desayunando leche y galletas que compramos ayer y comenzamos la ruta en las mismas espaldas del albergue con una larga subida por asfalto ¡Todos los días igual, subida para empezar! Bueno, y a todas horas.

Tras unos pocos kilómetros aparecemos en el caserío de Buspol y desde allí la vista es formidable: el valle, que se extiende allá abajo donde se supone encajonado el embalse de Salime, se encuentra cubierto por nubes y el cielo está totalmente despejado; se tiene la sensación de estar mirando desde un avión.

Ya nos hemos fraccionado, los muchachos Nacho y Juan se van delante, Paco y Antonio hacen de "jamaicanos" y les siguen, Julián y yo cerramos el grupo tomando fotos y parando en cualquier sitio. La bajada es contínua y muy acentuada y durante muchos kilómetros descendemos, entre pinos primero y por un tupido bosque de castaños después, hasta llegar a la carretera por la que atravesaremos la presa. Bajamos un desnivel de 800 m. en unos 7 km. y las rodillas chirrían pero, como ayer en la subida al Palo, el entorno despista totalmente al cansancio, parece que hemos pasado por un bosque encantado.

Descansamos un rato en el mirador que hay frente a la presa y la cruzamos en busca de un bar-hotel que hay a continuación, pero está cerrado; una lástima porque tiene buena pinta y unas vistas fantásticas, unas cervezas nos habrían venido muy bien. Aquí rige la máxima de que todo lo que se baja se vuelve a subir, y desde este punto hay 6 km de subida hasta Grandas de Salime que, al ser por carretera, se hacen infinitos, aburridos, pesados, …., definitivamente a mis pies no les gusta el asfalto.

El albergue es pequeño ocupando un habitáculo en los bajos del ayuntamiento frente a la iglesia del Salvador, antes monasterio y colegiata después, con orígenes en el siglo XII y que presenta un añadido pórtico exterior que le da un aire característico y majestuoso al edificio. Nacho y Juan, que llegaron primero, se han marchado con el coche a una zona de baños en un río próximo; Antonio, Paco y Miguel se duchan y descansan y Julián y yo nos vamos a la piscina municipal a darnos un relajante baño en agua helada (….dita sea, parece que le han echado cubitos) y luego una larga ducha templada en los vestuarios del polideportivo que nos deja preparados para ir a tomar, con Paco y Antonio, un buen menú al restaurante “A Raigada” recomendado por los empleados de la piscina. Como es domingo y el lugar muy popular, está concurridísimo, así que entramos los últimos al comedor, y acabamos a las cinco de la tarde.

Después, mientras el resto de la panda duerme la siesta, toca visita a la iglesia y al museo etnológico que es una pasada. En la antigua casa rectoral se ha recreado fielmente la vida en el medio rural; hay una tienda-bazar, un bar, peluquería, escuela, sastrería, clínica, iglesia, etc…., también una casa con sus dependencias: salón, cocina, dormitorios, baño, bodega, ….., y una zona exterior con un hórreo, corral, panera, molino, ….., y todo, absolutamente todo, mobiliario, herramientas, mercancía de la tienda y del bar, material de la escuela, incluso la ropa de los armarios es original.

El resto de la tarde lo pasamos en un bar, unos jugando al dominó y otros viendo resúmenes de partidos en la tele y tomando unas cañas, luego un refrigerio ligero porque la comida ha sido contundente, las llamadas de rigor y al catre que mañana ya se van Nacho y Juan para Santander y habrá que cargar de nuevo con la mochila. Nos despedimos afectuosamente porque estarán aún durmiendo cuando nos marchemos, dicen que lo han pasado muy bien y se ofrecen a organizar unas rutas por parajes de Cantabria que a todos nos parece una estupenda idea. A ver si el año próximo que es Jacobeo y todos los caminos estarán inundados de gente, aprovechamos para hacerles una visita.

Nos acostamos manteniendo encendidas las luces porque el otro grupo está aún en la calle echando el último pitillo, son las once de la noche y, en ese momento, hace su aparición un personaje peculiar: Wilfred. Se trata de un alemán de unos 60 años que habla perfectamente español y dice ser profesor de latín en una universidad (que no recuerdo) de Alemania; acaba de llegar y cuenta sus peripecias durante el día. Se deduce que ha disfrutado de la etapa interesándose por todo lo que le ha llamado la atención. Como colofón comenta que es el último peregrino medieval y que se va a dormir al pórtico exterior de la iglesia, aunque antes se tomará unas cervezas.

Hemos disfrutado y reído un rato con las historietas de Wilfred y entonces Paco, para cerrar la velada, saca una trompetilla de esas que usan las comparsas en los carnavales de Cádiz y nos deleita con sus habilidades musicales ¡Vaya pasada de reir!. Ya va entrando el resto de la gente y hay que tocar silencio. Mañana más.







IMÁGENES DE 2019:  Etapa BERDUCEDO - GRANDAS DE SALIME  (01-09-19)

AÚN SE APRECIAN LOS ESTRAGOS DE UN INCENDIO RECIENTE

MUSEO ETNOGRÁFICO DE GRANDAS DE SALIME, MAGNÍFICO