26 de agosto, miercoles: (Salas - Tineo)
Hemos descansado estupendamente en el hotel y nos apetece un buen desayuno que tomamos en un bar cercano donde probamos “los carajitos del profesor” (una especie de almendrado pero de avellana), poniéndonos a caminar a las 8,30 h. subiendo una cuesta empinadísima que no era el camino correcto, menos mal que unas vecinas nos avisan y regresamos a origen. Como vamos “sobraos” pues venga, un buen trecho extra y cuesta arriba.
Caminamos unos cuantos kilómetros por un camino en ascenso suave por entre bosque de castaños y robles junto al río Nonaya, luego una subida corta pero fuerte y estamos en la carretera nacional (N-634) sin arcén, por la que caminamos 1 km. sorteando los vehículos. Resulta verdaderamente peligroso, especialmente en las curvas que hay muchas, pero no tenemos otra alternativa.
Subiendo y bajando contínuamente, entre vacas y con unas vistas fantásticas sobre el valle a nuestra izquierda, pasamos el caserío de Porciles y llegamos a Bodenaya parando a descansar en el albergue que está cerrado. Charlamos unos minutos con Cesáreo, un lugareño muy agradable, que nos comenta lo mal que lo pasa cuando tiene que estar unos días en Oviedo visitando a su hija porque lo suyo es el campo. Después continuamos hasta La Espina donde almorzamos unos buenos bocadillos y refrescamos con San Miguel (todavía no hay Estrella de Galicia). Aquí coincidimos con Erika y su hija Verena, dos simpáticas alemanas que ya conocíamos de vista pero con las que no habíamos tenido ocasión de hablar.
Sobre las 12,00 h. reanudamos la ruta tras comprar un poco de fruta y, repecho tras repecho, vamos pasando por La Pereda y El Pedregal, continuando por un camino embarrado al que fluyen fuentes y pequeños riachuelos y que utilizan las vacas para desplazarse a los prados, por lo que el líquido oscuro y espeso que vamos pisando creo que es algo más que barro.
Los últimos kilómetros se nos hacen pesados porque ya estamos cansados y los pies muy calientes, pero aparece el oasis: a 1 km. de Tineo nos tropezamos con una zona de ocio con piscina y gran parque verde donde hay un bar en una cabaña y, por supuesto, cerveza. Parada, descanso, refrigeración general y de nuevo al ataque, pero ya estamos llegando.
El albergue es acogedor y está muy cuidado, el hospitalero agradable, simpático y con ganas de charla. Toca aseo, colada, siesta y luego un paseo por el pueblo que está situado en la ladera de una montaña, por lo que las calles forman escalones y hay que subir y bajar continuamente para desplazarse. Vamos admirando las numerosas casas de indianos que hay por la villa, algunas muy deterioradas y otras perfectamente conservadas, hasta sentarnos un rato en la terraza de un bar a charlar y tomar unas cervezas. Al anochecer volvemos a cenar cerca del albergue, a un bar que nos han recomendado, donde tomamos un buen menú del peregrino (sopa y truchas), y seguidamente a planchar la oreja. Ya vamos cogiendo ritmo y encontrándonos más fuertes, pero son muchas las cuestas en este camino Primitivo que hacen desear el final de cada etapa.
IMÁGENES DE 2019: Etapa SALAS - TINEO (28-08-19)
![]() |
DORMIMOS EN ALBERGUE LA CAMPA, EDIFICIO ANTIGUO, SUELO DE MADERA POR TANTO RUIDOSO, MUCHA ESCALERA. LOS HAY MEJORES |
MAGNÍFICO ALBERGUE EN LOS BAJOS DEL HOTEL PALACIO DE MERAS |
No hay comentarios:
Publicar un comentario