TINEO - BORRES

VISTA DE TINEO

EL VALLE

LA QUIETUD DEL LUGAR LLAMA A LA MEDITACIÓN

DESCANSO EN OBONA

FACHADA DEL MONASTERIO DE SANTA MARIA LA REAL DE OBONA

CLAUSTRO ABANDONADO

ESTANCIA EN RUINAS

ANTIGUO ESCUDO DE CASTILLA Y LEON

BIFURCACIÓN EN EL CAMINO

CASA HERMINIA

EL BUENÍSIMO POTE ASTURIANO

HERMINIA ESCRIBIÉNDONOS UNA DEDICATORIA EN LA CREDENCIAL

INTERIOR DEL ALBERGUE DE BORRES

JULIÁN HA ENCONTRADO UN CALABACÍN GIGANTE

PASANDO LA TARDE

EL ALBERGUE POR FUERA. ESTÁ ANOCHECIENDO Y LA NIEBLA SE ESPESA

AQUÍ SE NOTA MÁS

VERENA, ERIKA, NOSOTROS CINCO Y JESÚS DISPUESTOS A CENAR


27de agosto, jueves: (Tineo - Borres)


No madrugamos nada y desayunamos en un bar que nos pilla de paso. Luego, como todos los días, la habitual subida para empezar la jornada.

Nos adentramos en el monte por un buen camino, a veces embarrado, con vistas maravillosas sobre el valle y a las lejanas montañas leonesas y gallegas. Hacemos una intensa subida de unos cinco kilómetros con este paisaje hasta el alto de Piedratecha, continuando por un sendero que desemboca una y otra vez en la carretera, hasta que uno de esos senderos, a la izquierda, nos lleva en bajada directamente al monasterio abandonado de Obona, del siglo XIII.

Santa María la Real de Obona, monasterio benedictino de construcción románica y claustro barroco, declarado Monumento Nacional en 1982, levantado sobre un anterior emplazamiento del s.VIII, fue un gran centro de poder económico y cultural donde se perfeccionaron técnicas agrícolas y ganaderas y en sus aulas se impartieron clases de latín, filosofía y teología y donde el propio rey Alfonso IX despachaba y firmaba documentos. La visita, entre la maleza que invade su claustro semiderruido y por diversas habitaciones cuyos techos de madera vieja se han derrumbado, produce tristeza. La parte alta, que parece una vivienda, se ha restaurado y en su fachada se conserva el escudo de Castilla y León.

Desde el monasterio se vuelve desandando el camino y, por entre un bosque cuyos árboles ha debido pintar algún artista local, se llega a Campiello pasando por Vega del Rey y Berrugoso. En Campiello nos damos un festín en Casa Herminia degustando su magnífico pote asturiano y un estupendo bacalao en salsa, acompañado de un buen vino y rematado con un “chupito” de aguardiente que más bien parecía un cubata de lo grande que era, lo que nos lleva por lo menos tres horas. Después, pesadamente caminando por carretera, arribamos al albergue de Borres que está situado en una antigua escuela rural en estado precario, apenas tiene lo esencial: las camas, dos duchas y dos baños con algunos cristales rotos. El tiempo es algo frío y está “orbayando”, tampoco hay nada en la aldea ni siquiera un bar, así que tras las duchas pasamos la tarde jugando a las cartas.

En el albergue solo somos ocho: nosotros cinco, Erika, Verena y Jesús, un simpático y superfornido joven gallego de A Coruña; así que entre todos preparamos una suculenta cena con las viandas que cada uno lleva y pasamos un agradable rato de charla y risas, sobre todo con el relato de Jesús cuando el año pasado se le hizo de noche subiendo los Pirineos desde Saint Jean Pied de Port a Roncesvalles y tuvo que quedarse a dormir en una cueva en mitad del monte él solo.

Nos acostamos tarde esperando a Nacho y a Juan, un sobrino de Miguel y su amigo, que vienen desde Santander para caminar las próximas jornadas con nosotros, pero se han perdido y llegarán cuando ya estemos dormidos. Vamos a ser siete en el grupo y tendremos coche de apoyo para llevar los mochilones, al menos el fin de semana. Nuestras espaldas lo agradecerán.



IMÁGENES DE 2019: Etapa TINEO - CAMPIELLO (29-08-19)

NUEVAS Y ESTUPENDAS INSTALACIONES DE "CASA HERMINIA"