Bienvenidos




DICE JOAN MANUEL SERRAT EN SU CANCIÓN "BIENAVENTURADOS":

"BIENAVENTURADOS LOS QUE ALCANZAN LA CIMA PORQUE SERÁ CUESTA ABAJO EL RESTO DEL CAMINO."

PUES AQUÍ NO. EL RESTO DEL CAMINO ES OTRA CIMA, Y OTRA, Y OTRA, Y OTRA, Y OTRA, ......., INFINITO.


¡¡¡ HEMOS VUELTO EN 2019 !!!





20100216

FONSAGRADA - CADAVO BALEIRA

FONTE DO PASTIZAL

RELAX CON BUENAS VISTAS

MIGUEL

CAMINANDO ENTRE BARRO

RUINAS DEL ANTIGUO HOSPITAL DE SANTIAGO DE MONTOUTO

JUAN

BOLETUS

ALMUERZO EN CASA VILLAR (PARADAVELLA)

UNA ITALIANA Y UNA CATALANA (CRISTINA)

PALLOZA EN PERFECTO ESTADO Y USO

NOS VAMOS A TOPAR CON LA CUESTA EL COUTO

JUAN EN EL BAR XESTOSO

INTERIOR DEL BAR

JULIÁN

JEREMY

TIPICA CASA DE CAMPO GALLEGA

ERIKA IMPARTIENDO UNAS CLASES DE GIMNASIA EN EL ALBERGUE DE CÁDAVO


1 de septiembre, martes: (Fonsagrada - Cádavo Baleira)


Hemos descansado de maravilla en una habitación de cuatro camas que sólo hemos ocupado Julián y yo que arribamos de los últimos, además a Wilfred no debió gustarle cuando se asomó al llegar, por lo que no nos ha honrado con su presencia.

Nos levantamos pronto y desayunamos café con algo de comer de las máquinas, partiendo de los primeros aunque enseguida nos adelanta Mario, el austriaco, que caminando mantiene un ritmo intratable. Se anda junto a la carretera y a veces por ella hasta encontrar Fonte do Pastizal, luego se continúa por entre pinares y pronto van apareciendo los balsámicos eucaliptos tan típicos de Galicia. Se pasa Vilardongo, se sube un buen repecho y en lo alto las ruinas del antiguo hospital de Santiago de Montouto del siglo XIV, que todavía seguía funcionando a principios del s.XX haciendo las funciones de los albergues actuales.

Después de un rápido y prolongado descenso de 4 km. desde los 1.070 m. a los 700 m., llegamos a Paradavella junto a la carretera, donde hay dos bares-tienda que nos recuerdan que hay que almorzar porque el café y los donuts de esta mañana ya no dan más de sí. Entramos en Casa Villar y nos ponemos a la faena, al poco va llegando el personal en grupos, acomodándose a nuestro lado y preparando su propia juerga. Julián, que come despacio, se queda terminando de almorzar y los demás reanudamos la marcha, pasando junto a una gran palloza con techo de pizarra que hay en el centro de la población y que se continúa usando.

La gran sorpresa de la jornada es la cuesta El Couto para subir a A Lastra. ¡La madre que la ……..!, eso no es una cuesta, es una pared casi vertical ¡Qué kilómetro!, parecen diez, no se cuantas veces hay que parar. Hasta los chavales que van como tiros, y que nos han ido alcanzando, tienen problemas serios para subir. Ni El Palo, El Acebo, ni ninguna otra de las innumerables y conocidas subidas que hemos salvado hasta ahora tienen esta dificultad, y lo peor es la sorpresa porque no se reseña en ningún sitio. Al llegar a lo alto, en la carretera, hay un bar estratégicamente situado (Bar Xestoso) que tiene asegurado el negocio aunque sea solo con los peregrinos que arriban exhaustos y que nos bebemos lo que nos pongan. Después de un rato se recupera el pulso y seguimos, pero la subida aún continúa hasta Fontaneira, aunque después del dichoso Couto cualquier ascenso por brusco que sea parece una cuestecilla. Quedan todavía 6 km hasta Cádavo que se hacen pesados porque el pueblo está en una hondonada y, al ir caminando por una altiplanicie, no se ve hasta que te encuentras sobre él.

El albergue es nuevo, moderno y gallego, así que hay de todo menos una zona adecuada donde lavar la ropa, aunque se puede organizar el tema en los lavabos. El pueblo es pequeño pero tiene todos los servicios: ambulatorio, farmacia, bares, restaurantes, …., y un edificio multiusos que sirve de ferretería, tienda de muebles y funeraria-tanatorio. El paseo, por tanto, es corto y hacemos tiempo hasta la cena charlando en un bar en compañía de unas cuantas “estrellas”.

El butelo es un plato típico de la zona que se elabora con costillas de cerdo aliñadas con sal, ajo y pimentón y queremos degustarlo para cenar, pero hoy no han hecho, así que la cosa se queda en una sopita de fideos y un filetito con patatas fritas, otra vez será. Se sientan a cenar con nosotros las simpáticas alemanas Erika y su hija Verena, que esta tarde han estado dando unas clases de gimnasia a Mario y a Cristina en el césped del albergue, y nos cuentan lo preocupadas que están por la situación de una chica belga que tiene los pies destrozados, no puede caminar y se encuentra deprimida. Julián se ofrece a hablar con ella y con su grupo para que mañana salgan más tarde y pueda verla un médico, Erika lo agradece. Intercambiamos direcciones y marchamos paseando hacia el albergue, ha hecho mucho calor durante el día pero la noche es algo fría y apetece ya irse a dormir. Desde la cama se oye al singular Wilfred que, ayudado de alguna copichuela, está en la cocina dando una disertación sobre su especialidad: las lenguas muertas.

Me coloco los tapones y me dispongo a dormir. Seguro que sueño con la cuesta de El Couto.


IMÁGENES DE 2019: Etapa  FONSAGRADA - CADAVO VALEIRA  (03-09-19)




















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