LUGO - SANTIAGO - ALICANTE

YA ESTAMOS PULPEANDO EN MELIDE. (PULPERÍA EZEQUIEL)

SALVANDO OBSTÁCULOS

PACO Y SU TROMPETILLA ANIMANDO LA MARCHA

HEMOS CAMBIADO LAS VACAS POR LAS OVEJAS

CON NUESTRA "AMIGA" EN EL BAR DE LAS NUEVE Y MEDIA

ESTÁ CLARO QUE NOS GUSTA LA ESTRELLA DE GALICIA

ALBERGUE DE RIVADISO

JULIÁN NO PUEDE RESISTIR LA TENTACIÓN

LLEGADA AL ALBERGUE DE SAN LÁZARO

LA TUNA EN LA PLAZA DEL OBRADOIRO

INTERIOR DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO

CONCELEBRACIÓN

ALGUNOS DE NUESTROS COMPAÑEROS DE VIAJE FUERON EN BUS A FISTERRA A DISFRUTAR DE LA PLAYA.....

.....Y DE LA PUESTA DE SOL.....

.....Y EN ESTAS FOTOS QUE NOS ENVÍAN SE VE QUE PASARON UN DÍA ESTUPENDO.

¡¡ HASTA SIEMPRE AMIGOS !!
¡¡ BUEN CAMINO !!


3 y 4 de septiembre, jueves y viernes: (Lugo - Santiago - Alicante)


Nos ponemos en pié a la hora de siempre para despedirnos de Miguel y de toda la gente que hemos ido conociendo que van a continuar caminando hasta Santiago, luego, sin prisas, nos dirigimos a la estación de autobuses donde desayunamos un buen café con leche acompañado de churros. Tomamos el bus y al rato estamos en Melide, buscamos la pulpería Ezequiel donde almorzamos plácidamente degustando un caldo gallego y unas generosas raciones de pulpo mientras recordamos el trance que pasamos en el 2006 cuando Antonio se atragantó con un trozo de chorizo y Julián le dejó el esternón hecho polvo al practicarle la maniobra de Heimlich. Precisamente estamos sentados en la misma mesa de entonces.

Nos encontramos cómodos, tranquilos, sosegados, vamos sin prisas y pisamos un terreno que ya conocemos porque estuvimos aquí hace tres años; esta es una zona preciosa y hemos desayunado y almorzado espléndidamente ¡Hay que andar!, además apetece, así que atravesamos Melide y retomamos el Camino. Ahora estamos en el último tramo del Francés y se nota por la cantidad de gente que circula. ¡Qué diferencia con el Primitivo!.

El entorno es fantástico y la ondulación del terreno constante, pero venimos en forma y acabamos de cargar el depósito del combustible a tope, así que vamos “a to trapo” subiendo y bajando cuestas, atravesando riachuelos y adelantando peregrinos hasta llegar a Boente, donde paramos en una terraza a tomar un refrigerio y a charlar un rato con los que allí descansan. Seguimos por un terreno rompepiernas hasta Castañeda donde, al parecer, estaban los hornos en los que se preparaba la cal para la construcción de la catedral de Santiago, existiendo entonces una simpática tradición, seguramente ideada por algún vivo negociante, que consistía en pedir a cada peregrino que portara una piedra de cal hasta los hornos con la excusa caritativa de que era para las obras de la iglesia. De esta manera, miles de peregrinos con su piedra lograban abaratar los costes de la fabricación de cal.

Llegamos al magnífico albergue de Rivadiso de Baixo, antiguo Hospital de San Antón de Ponte (s.XV), una de la joyas de la corona de los albergues gallegos; se trata de un conjunto de casas de pizarra a las orillas del río Iso rodeadas por una gran pradera verde, dotado de todos los servicios para un cómodo descanso a los que se ha añadido, recientemente, la apertura de una buena cafetería en uno de los edificios. Antes de bajar hasta el albergue hemos visitado a nuestra “amiga” del bar de las nueve y media , que tan divertida cena nos hizo pasar en el año 2006, tomando allí unas cervezas y charlando un rato con ella.

A continuación subimos los dos kilómetros que hay hasta Arzúa, atravesamos el pueblo y esperamos el autobús para Santiago. El trayecto es corto y al poco estamos ubicados en el magnífico albergue de San Lázaro a la entrada de la ciudad. Nos duchamos, descansamos un rato y nos vamos a la parada del bus para ir al centro; acabamos de afeitarnos y casi nos ha crecido de nuevo la barba cuando llega: una hora y cuarto ha tardado. Una vez allí, derechitos a Casa Manolo donde nos zampamos uno de sus enormes menús, luego entramos en Casa das Grechas pero está a tope y tampoco hoy hay música celta en directo, así que nos damos un garbeo por la plaza del Obradoiro que está ambientada por la tuna, después un paseo por la calle Franco y adyacentes hasta llegar al Casino donde tomamos una copa escuchando a un magnífico pianista, y ya buscamos un taxi para volver hasta San Lázaro.

El viernes no madrugamos nada y después de desayunar volvemos al centro para hacer unas compras y también presenciar la misa del peregrino en la catedral. Aunque hay mucha gente tenemos suerte y nos colocamos junto al altar, lo que nos permite presenciar en primera fila la concelebración, los cánticos y el vuelo del botafumeiro. De allí marchamos al mercado donde también comemos, ya que Casa Manolo está hoy “abarrotao”. A continuación nos desplazamos a la estación del tren a recoger el coche que hemos alquilado y, tras pasar por el albergue a por las mochilas, emprendemos el regreso a casa. Son las cinco de la tarde y nos espera un largo trayecto pero estamos descansados lo que nos permitirá viajar con seguridad.

Ya vamos comentando la ruta que el próximo año queremos hacer por Cantabria teniendo como anfitriones a Nacho y a Juan.

Ultreia et suseia